En cualquier sitio, pese a lo "civilizados y modernos" que somos, seguimos encontrándonos perros aislados del resto de la sociedad, bien porque su propietario así lo ha decidido, bien porque por circunstancias (posiblemente continuas negligencias del ser humano) la relación se ha ido deteriorando de tal manera que el perro ha quedado relegado a un confinamiento de por vida. Estas situaciones se supone que están reflejadas en las distintas leyes autonómicas de protección animal, pero ¿se protege realmente a los perros? o ¿se "protege" a las personas de los perros?. Al final, en defensa de estos animales que se encuentran en situaciones de semi-abandono o completamente abandonados deben ser particulares y asociaciones quienes de forma altruísta luchen por intentar mejorar sus vidas.
También podríamos hablar de algunas residencias o guarderías, auténticas cárceles para perros, encerrados todo el tiempo que dura su estancia en un chenil sin compañía, o si tienen suerte, la compañía de un desconocido con el que puede que se lleven bien, o no. En algunas nunca salen de su jaula, en otras, lo harán una vez o dos, cuando se hacen las tareas de limpieza, mientras que sus dueños, que no se habían molestado en comprobar las condiciones del "hotel" donde dejaban a su perro, disfrutan tranquilos de unas vacaciones sin el molesto can.
El caso de los perros dedicados a la caza, que sólo salen en esa época del año y el resto están encerrados en un chenil entre tres paredes de hormigón y una reja por la que ven el mundo que les rodea. Si por suerte se encuentran acompañados por otros perros, convivirán en una constante situación de estrés que no beneficia en nada a su salud tanto física como psicológica. Además, cuando salen a cazar, a muchos les dejarán sin comer para que cazen mejor (eso argumentan sus propietarios), y para colmo es probable que les pongan un collar eléctrico por si no vuelven, algo normal llevando meses sin salir o en una situación de estrés crónico por el encierro comunitario. Perros considerados meras herramientas, perros que cuando ya no sirven para cazar son ahorcados o disparados porque "dejaron de funcionar".
Estos no son más que ejemplos de casos reales se pueden ver y verificar cada día, unos con consecuencias más graves que otros pero todos con la misma víctima. Perros que nada o apenas tienen relación con otros perros, que viven cada día una situación de semi-abandono o abandono y aislamiento casi total con el entorno que les rodea, perros con una gran falta de cariño y socialización. Cariño quizás alguno lo tuvo, de cachorro, cuando llegó a la casa y parecía un peluche divertido, pero que creció, como hace cualquier ser vivo, y se convirtió en una molestia para la vida materialista de los humanos. Son perros que no saben relacionarse cordialmente con el hombre, perros que pierden toda esperanza de mejora en su vida, perros que si tuvieran la opción de elegir seguramente no estarían en esa situación, perros que pudieron ser un bonito regalo, un capricho. Perros, seres vivos, vidas, que se compraron pensando que así se alegraba otra vida (y por supuesto, la vida que no mejora en muchos casos es la del perro), la de alguien a quien quizás no se le haya preguntado si está preparado para adquirir la responsabilidad de tener y mantener física y psicológicamente sano a este ser vivo.
No deberíamos mirar para otro lado y se debería avanzar en la mejora de la vida de los perros.
El afán de CECP es el bienestar animal y la promoción de una metodología de educación y de convivencia con los perros sin correcciones ni castigos. No compartimos el aprendizaje basado en el miedo, y mucho menos la utilización de collares o cualquier otro tipo de herramienta mal llamada "educacional", como collares eléctricos o de ahogo que puedan ocasionar algún tipo de daño al perro. Pretendemos concienciar poco a poco a la gente de que un perro es un compañero y no un enemigo que intenta usurparnos el liderazgo. Todo esto implica luchar en muchos frentes, sabemos que es un camino que apenas hemos comenzado a andar pero también sabemos que ellos nos necesitan para que lleguen a desarrollarse en esta sociedad como animales racionales capaces de pensar, capaces de sentir, animales sin rencores o envidias como el ser humano. Todavía no sabemos todo lo que estos animalillos son capaces de dar a nuestra sociedad, pero algo sí es cierto, y es que estamos seguros de que lo que ellos nos pueden ofrecer supera con creces a lo que nosotros les podemos ofrecer a ellos en cuestiones como el respeto y la convivencia pacífica. Es una pena que para el ser humano el valor se mida en cuánto dinero ha costado adquirir el perro, cuando debería medirse por el cariño, la compañía y el amor incondicional que estos seres son capaces de darnos sin pedir nada a cambio.
El perro que guarda una nave en cualquier polígono, algo que parece tan normal, y que en realidad no debería serlo, es un perro aislado socialmente. Es un perro que no ha aprendido a vigilar nada, que sólo tiene una caseta, si la tiene, o sólo un palet como mucho y que está en un estado de permanente reactividad a cualquier estímulo, estado al que se denomina vigilar y que con el tiempo se considera agresividad. ¿Qué vida está llevando en realidad este perro?. Es un perro aislado de la sociedad, un perro que defeca y orina allí donde duerme, un perro que seguramente no sepa relacionarse con sus congéneres, abandonado y solo frente a todo tipo de estímulos y además corregido a base de golpes y tirones del collar, con la consecuente asociación que puede hacer el perro entre el dolor en el cuello y lo que esté viendo en ese momento, origen de muchísimos comportamientos de los que luego parece ser que se desconoce su procedencia. Y todo ello sin la supervisión de una persona responsable y con sentido común.
Otro ejemplo muy obvio consiste en una cadena y un metro de vida para el perro. Perros atados permanentemente en zonas agrícolas o empresas aisladas, en huertas y fincas de recreo de particulares. De vez en cuando les sueltan y a veces consiguen escapar, con todo el peligro que ello puede suponer para su integridad física. Aunque, al fin y al cabo, sueltos o atados, en un sitio concreto o perdidos al escaparse, se encuentran solos frente a los elementos, sin supervisión de un responsable, que como la propia palabra indica, si lo fuera, el perro no estaría en estas circunstancias.
Luego tenemos al perro que vive en un metro cuadrado de un balcón de ciudad, donde vive, defeca y orina, al que no dejan entrar en casa porque deja pelo y ensucia. Estas personas deberían considerar si deben o no tener perro. El perro una parte del día ladra a los transeúntes y es castigado por ello, rasca en el cristal de la puerta para poder acceder al interior de la vivienda y es castigado por ello, cuando por fin va a salir a la calle se pone eufórico y se sube a la gente, y es castigado por ello, ladra a otros perros y es castigado por ello. En las ciudades se multa a la gente por llevar el perro suelto, pero no se hace nada por el perro que está todo el día en el balcón. Entonces, ¿la ley está para proteger a los animales?. Lo cierto es que se trata de prohibir y prohibir, para recaudar, porque los perros siguen sufriendo en las grandes ciudades la incoherencia del ser humano. Cuando este perro sale a la calle es una bomba emocional, reactivo a muchos estímulos, por lo que es castigado con frecuencia, además se evita que se relacione con otros individuos porque su propietario considera que así es mejor, sin tener realmente en cuenta para quién es mejor, ¿para el perro o para su propietario?. Si un día por incomprendido acaba en una perrera, quizá tenga una segunda oportunidad, cuando, en realidad, quien lo adquirió debería haber pensado si hubiera sido mejor comprar un peluche.
Unifamiliares y pareados con jardín de la gran ciudad, denominados "perros de jardín". Perros reactivos a todos los estímulos que pasan por delante de su valla, y eso si es que puede moverse y no está atado con una cadena o correa. El dueño se tiene que ir a trabajar y le dija fuera todo el día porque en casa puede romper algo, o le deja incluso atado, para que no haga agujeros en el jardín. Es la misma situación que el perro que se encuentra en el balcón: euforia contenida e incomprensión. Segundas viviendas, caseríos y demás casas aisladas del entorno de la gran ciudad, en estos sitios también nos podemos encontrar con este tipo de maltrato físico y psicológico.Tendrá suerte si en esta casa vive alguien entre semana y come todos los días, porque si se trata de una segunda vivienda el perro comerá y beberá el tiempo que le dure lo que le hayan dejado el fin de semana anterior.
También podríamos hablar de algunas residencias o guarderías, auténticas cárceles para perros, encerrados todo el tiempo que dura su estancia en un chenil sin compañía, o si tienen suerte, la compañía de un desconocido con el que puede que se lleven bien, o no. En algunas nunca salen de su jaula, en otras, lo harán una vez o dos, cuando se hacen las tareas de limpieza, mientras que sus dueños, que no se habían molestado en comprobar las condiciones del "hotel" donde dejaban a su perro, disfrutan tranquilos de unas vacaciones sin el molesto can.
El caso de los perros dedicados a la caza, que sólo salen en esa época del año y el resto están encerrados en un chenil entre tres paredes de hormigón y una reja por la que ven el mundo que les rodea. Si por suerte se encuentran acompañados por otros perros, convivirán en una constante situación de estrés que no beneficia en nada a su salud tanto física como psicológica. Además, cuando salen a cazar, a muchos les dejarán sin comer para que cazen mejor (eso argumentan sus propietarios), y para colmo es probable que les pongan un collar eléctrico por si no vuelven, algo normal llevando meses sin salir o en una situación de estrés crónico por el encierro comunitario. Perros considerados meras herramientas, perros que cuando ya no sirven para cazar son ahorcados o disparados porque "dejaron de funcionar".
Estos no son más que ejemplos de casos reales se pueden ver y verificar cada día, unos con consecuencias más graves que otros pero todos con la misma víctima. Perros que nada o apenas tienen relación con otros perros, que viven cada día una situación de semi-abandono o abandono y aislamiento casi total con el entorno que les rodea, perros con una gran falta de cariño y socialización. Cariño quizás alguno lo tuvo, de cachorro, cuando llegó a la casa y parecía un peluche divertido, pero que creció, como hace cualquier ser vivo, y se convirtió en una molestia para la vida materialista de los humanos. Son perros que no saben relacionarse cordialmente con el hombre, perros que pierden toda esperanza de mejora en su vida, perros que si tuvieran la opción de elegir seguramente no estarían en esa situación, perros que pudieron ser un bonito regalo, un capricho. Perros, seres vivos, vidas, que se compraron pensando que así se alegraba otra vida (y por supuesto, la vida que no mejora en muchos casos es la del perro), la de alguien a quien quizás no se le haya preguntado si está preparado para adquirir la responsabilidad de tener y mantener física y psicológicamente sano a este ser vivo.
No deberíamos mirar para otro lado y se debería avanzar en la mejora de la vida de los perros.
El afán de CECP es el bienestar animal y la promoción de una metodología de educación y de convivencia con los perros sin correcciones ni castigos. No compartimos el aprendizaje basado en el miedo, y mucho menos la utilización de collares o cualquier otro tipo de herramienta mal llamada "educacional", como collares eléctricos o de ahogo que puedan ocasionar algún tipo de daño al perro. Pretendemos concienciar poco a poco a la gente de que un perro es un compañero y no un enemigo que intenta usurparnos el liderazgo. Todo esto implica luchar en muchos frentes, sabemos que es un camino que apenas hemos comenzado a andar pero también sabemos que ellos nos necesitan para que lleguen a desarrollarse en esta sociedad como animales racionales capaces de pensar, capaces de sentir, animales sin rencores o envidias como el ser humano. Todavía no sabemos todo lo que estos animalillos son capaces de dar a nuestra sociedad, pero algo sí es cierto, y es que estamos seguros de que lo que ellos nos pueden ofrecer supera con creces a lo que nosotros les podemos ofrecer a ellos en cuestiones como el respeto y la convivencia pacífica. Es una pena que para el ser humano el valor se mida en cuánto dinero ha costado adquirir el perro, cuando debería medirse por el cariño, la compañía y el amor incondicional que estos seres son capaces de darnos sin pedir nada a cambio.
CECP Colaboración entre educadores caninos en positivo
Estupendo artículo en su redacción y en su contenido. Desgraciadamente, la situación que se refleja en este post es la realidad de muchos perros, condenados a una vida sin alegría ni objetivos, ni sentido. Ojalá que, entre todos, consigamos educar a las personas para que empiecen a entender mejor las necesidades de sus perros.
ResponderEliminarArticulo similar lo publicamos en el número 1 de la revista VetNatur.
ResponderEliminarOs dejo el link al artículo:
http://www.takoda.es/modules/news/article.php?storyid=40
Gracias por tu comentario Rosamrol. Seguro que lo conseguiremos!
ResponderEliminarGracias por tu aclaración Marcos Javier Ibañez. Veternatur, gran revista de nuestra amiga Mercè.
ResponderEliminarNos consta que también en la revista REC+ se ha hablado del tema en varias ocasiones y pese a ello, creemos que tenemos que seguir hablando y escribiendo para que llegue cada día a más gente y que por fin los perros sean tratados como se merecen.
Para eso estamos aquí, y para eso seguiremos escribiendo tanto en el blog, como en facebook, como directamente a empresas. No creo que encontremos ningún tema inédito porque muchos han y habéis escrito mucho, pero no por eso creemos que debamos parar.. quien la sigue la consigue, ¿no? Pues.. va por los perros y su bienestar!
Estupendo artículo. Trabajo como vigilante de seguridad - guía canino, considero que nuestros compañeros de trabajo se han quedado olvidados en los comentarios. Perros que vivien enjaulados, con reactividad reforzada, considerados como un bien de producción y tratados como tal, sus posibilidadeas de relación dependerán de la empresa que regule sus actividades, considerando siempre que el gasto de producción debe ser inferior al valor producido- Perros que se manifiestan reactivos ante cualquier oportunidad como única esperanza de relación hasta que, con el curso de los años, después de pasar de correa en correa, la indefensión aprendida se expresa tras una mirada triste y apagada, un abatimiento general por el que ya dejará de ser útil y se clasificará como inútil porque ya no se tira a gente. El principio de su fin laboral y vital. (No todas las empresas entran en la caracterización anterior)
ResponderEliminarGracias por tu comentario y tu apunte. Es cierto que nos hemos olvidado de muchos perros, tanto los de trabajo que tú comentas como, por ejemplo, las perras dedicadas a la cría en ciertas instituciones. Prepararemos una segunda parte de este tema para incluir a los que nos faltaron.
ResponderEliminarNos quedamos con tu última frase.. "no todas las empresas entran en la caracterización anterior". Ójala, algún día, ningún perro sea tratado como una mera herramienta.
Gracias.
Se agradece que aun quede gente como ustedes, gracias a gente asi sabemos que hay esperanza...
ResponderEliminarGracias