domingo, 4 de noviembre de 2012

Simples "mascotas"

No hace mucho tiempo, un conocido me comentaba lo indignado que estaba con su vecina. Por lo visto la señora tiene un pastor alemán puro, con pedigree, y en su día le había costado 700 euros o más. La señora no tiene problema en irse todo un fin de semana fuera y dejar al perro solo en el patio-jardín (ya que vive en un chalet), con comida (que engulle el perro de una sentada) y agua, eso sí. En invierno, aún que mal, el perro no lo pasa mal pero en verano, no tiene refugio para el sol y el conocido que tengo, cuando le ve tirado al pobre, le riega un poco con una manguera a lo que el perro responde dando saltos de alegría ya que, en pleno verano, al sol, en la meseta de la Península Ibérica, como que hace un poco de calor.

Por desgracia el de antes no es más que un ejemplo de la dejadez, pasotismo y despotismo con el que mucha gente, aún a día de hoy, trata a sus compañeros peludos. Es vergonzoso que ellos que sólo piden cobijo, comida y compañía aún no habiendo elegido estar con nosotros (casi siempre la elección es nuestra), puedan recibir tal trato a cambio de todo lo que nos dan.

¿Recordáis a Turco? ¿Aquel perro que había sido abandonado y que en el desastre que hubo en Haití ayudó a salvar vidas?
http://www.animaliak.es/es/noticias/920-tipo-ficha-eventos

Y hace poco hemos conocido la historia de un gato que había sido abandonado y que hoy es el gran compañero de un niño autista
http://www.schnauzi.com/billy-un-gato-abandonado-y-adoptado-que-ayuda-cada-dia-a-un-nino-autista/

Y la historia de Duke, el perro que ha salvado la vida a un bebé de nueve semanas
http://www.lavanguardia.com/sucesos/20121016/54353101766/un-perro-salva-la-vida-a-un-bebe-de-nueve-semanas.html

O la historia de un mal etiquetado pitbull, que salva a una mujer y a su hijo
http://www.prensanimalista.cl/web/2011/03/09/historias-de-perros-heroes-pitbull-salva-a-mujer-con-su-hijo/

O Trip, un perrito "no adoptable" de tres patas que salvó a su familia humana de un incendio.
http://perrosgraciosos.com/2010/04/28/historias-de-perros-un-heroe-a-tres-patas/

Y de nuevo una pitbull, que salvó a una mujer de ser arrollada por un tren
http://cnnespanol.cnn.com/2012/05/09/una-pit-bull-salva-a-una-mujer-de-ser-arrollada-por-un-tren/

Y otro mal afamado pitbull, que salva a su familia del ataque de una cobra, muriendo en la hazaña
http://www.taringa.net/posts/noticias/14333191/pitbull-da-su-vida-por-salvar-a-su-familia-del-ataque-de-una.html

Y la historia del perro que salva a una niña de 3 años del ataque de una serpiente
http://lasvalpe.lacoctelera.net/post/2008/04/26/un-perro-salva-una-nina-3-anos-del-ataque-una-serpiente

O perros que incluso se atreven a enfrentarse a un puma
http://www.lavozdigital.es/cadiz/20100108/mas-actualidad/sociedad/perro-salva-nino-ataque-201001081248.html

O el ejemplo de un perro que sin preparación ni adiestramiento específico, es capaz de salvar la vida de su dueño,
http://www.guioteca.com/mascotas/un-perro-salvo-la-vida-a-su-amo-historia-conmovedora/

Estos son sólo algunos ejemplos que hemos encontrado en la web pero hay muchos más, muchos estarán publicados y muchísimos otros, la mayoría, no, esos otros serán simplemente historias que nosotros mismos contemos a nuestros conocidos alabando la actuación de nuestro compañero en un momento concreto. Todos, absolutamente todos nuestros amigos de cuatro (o tres) patas son héroes y como mínimo deberíamos tratarles con respeto, ya que ellos dan mucho más de lo que piden y no merecen se tratados como eso, como "simples mascotas".


Por CECP
 


miércoles, 1 de agosto de 2012

Y llegó el verano

Y llegó el calor, y más horas de luz y más tiempo disponible para estar con nuestros compañeros de cuatro patas.

Aunque todo parece "idílico", con el buen tiempo aparecen una serie de riesgos que debemos tener en cuenta y prevenir.

El calor es molesto para nosotros pero para nuestros perros puede serlo aún más e incluso peligroso. Ellos apenas cuentan con glándulas sudoríparas que les permitan expulsar líquido para refrescar el cuerpo (sólo tienen en las almohadillas) por lo que su temperatura corporal puede subir muy rápida y peligrosamente. Es lo que se conoce como golpe de calor que puede llevar a la muerte a nuestro amigo en pocos minutos. Algunos consejos imprescindibles para evitar que esto ocurra son:

- Evita pasear y que tu perro haga ejercicio en las horas de más calor.
- Ten en casa siempre agua fresca disponible y si vas a salir con él, procura llevar también.
- Por supuesto, nunca dejes a tu perro encerrado en el coche en verano (ni en general ningún día algo caluroso), aún cuando esté aparcado a la sombra, puede convertirse en una auténtica sauna en apenas unos minutos.
Los síntomas del golpe de calor aparecen cuando la temperatura interior de tu perro supera los 42º, podrás ver cómo el perro parece que pierde las fuerzas, puede presentar temblores, sus mucosas volverse azuladas, tambalearse, respirar de forma rápida y/o costosa. Si se está produciendo un golpe de calor, es imprescindible ir urgentemente al veterinario, mientras llegas, puedes ayudar a bajar la temperatura de forma paulatina (nunca de forma brusca, ya que una hipotermia puede ser igual o más peligrosa que el golpe de calor), humedeciendo ligeramente el cuello y la cabeza, colocando un hielo en el puente de la nariz, en axilas e ingles y humedeciéndole la boca (pero sin obligarle a beber ni dejarle que beba de golpe). Sólo añadir que cachorros, animales senior o con alguna enfermedad tienen más riesgo de padecer este shock, por lo que deberás extremar las precauciones con ellos.

Otro riesgo que aparece con el calor es el de ciertos parásitos, sobre todo garrapatas, pulgas, el denominado gusano del corazón de las zonas costeras (sobre todo de la zona mediterránea) y, como no, el fatídico mosquito (bueno, mosquito hembra) de la leishmania. Existen múltiples formas de proteger a nuestros compañeros, de forma química o de forma natural, el método que elijáis dependerá de vosotros, pero recordad que hay que protegerles. Estos bichitos pueden transmitirles enfermedades muy graves (filaria, leishmaniosis, erlichia,...) que aunque diagnosticadas a tiempo suelen tener buen pronóstico, siempre es mejor prevenir que curar. Casi ningún método es fiable al 100% por lo que recordad revisar los pelajes de vuestros perros después de paseos por el campo y evitar las zonas húmedas cuando empieza a atardecer porque la concentración de mosquitos suele ser alta. De nuevo, los animales enfermos y los animales mayores, por el mero hecho de tener el sistema inmunológico más débil deben tener una observación y un seguimiento más metódico.

El verano suele coincidir con las vacaciones familiares. ¿Habéis pensado qué hacer con vuestro compañero de cuatro patas? Es una decisión que debería estar tomada antes de su llegada a casa pero en ocasiones no es así. Por suerte cada día hay más alojamientos veraniegos que admiten mascotas, ¿no has pensado que él también se merece unas vacaciones alejado de la rutina y el entorno de todos los días? Pasar esos días de desconexión con tu perro puede ser maravilloso, sobre todo si tu destino es un lugar relajado. Pero existen más opciones. Si optas por una residencia, haz una pequeña selección de varias y visítalas antes de decidirte por una, busca también referencias de conocidos que hayan dejado a sus perros en alguna ocasión y pregunta todo lo que creas que necesites a los que la gestionen (si compartirá en algún momento chenil con algún perro desconocido, si hay personal en la residencia las 24 horas del día, cuánto tiempo pasan dentro del chenil, cuánto fuera, cuál es el procedimiento en el caso de enfermedad del perro, etc...). También puedes buscar un servicio de guardería que por lo general son profesionales relacionados con el mundo del perro que ofrecen su casa para que tu perro pase unos días en familia, así al menos te garantizas que no dormirá en un chenil. En este caso, también debes informarte bien y buscar referencias. Otra opción es que tu perro se quede en tu casa y que algún conocido vaya a pasar ratos con él, a sacarle y darle de comer o que incluso, se vaya a tu casa a pasar unos días y haga compañía a tu amigo. Lo que en ningún caso deberás hacer es abandonarle. Un perro, un gato, cualquier animal, es una responsabilidad, desde el día que entra en tu casa, si has decidido que va a quedarse, es un compromiso que debe durar toda su vida. Por desgracia todos los veranos sube la tasa de abandonos porque la gente no sabe qué hacer con su animal cuando llegan las vacaciones (entre otras "razones"). No ayudes a que esa tasa siga aumentando.





Por CECP

Tu indiferencia es mi olvido


 

viernes, 15 de junio de 2012

Pipican


Art.10 - punto 3. Los Ayuntamientos procurarán, en la medida de sus posibilidades, los medios y espacios adecuados para que los animales puedan realizar sus funciones fisiológicas en las debidas condiciones higiénicas, así como su esparcimiento, al objeto de evitar molestias y transmisión de enfermedades e infecciones a personas y otros animales. Asimismo, podrá llegar a establecerse en lugares determinados horarios para tal fin. 
5.1.1.13 Ley Foral 7/1994, de 31 de mayo, de Protección de los animales. BON: nº 70, 13 de junio de 1994.

El anterior es sólo un ejemplo en la legislación navarra. En todas las comunidades y por ende, en las ordenanzas municipales, existen puntos similares.


Las leyes que pretenden proteger a los animales (del ser humano) la mayoría de las veces no son usadas más que con ánimo recaudatorio, eximiendo el cumplimiento de aquellas partes que no son tan interesantes económicamente, como es el caso del apartado que se ha transcrito. Este incumplimiento varía de un lugar a otro, de una comunidad a otra, de una ciudad a otra, y mejor ni nombrar a localidades algo distantes de la "civilización" en las que se pueden ver auténticas barbaries.

Tu perro debe ir atado para que no moleste, para que no se escape y digamos que para que la convivencia con el prójimo sea adecuada. Se supone que las normas (en cualquier ámbito) están o deberían estar hechas para evitar los conflictos, para que cumpliéndolas, no hubiera conflictos. Pero es curioso cómo es fácil aplicarlas unas veces sí y otras no: si tu perro va suelto por la calle lo más seguro es que un municipal te lo recuerde y que incluso te multe por ello, pero esa misma autoridad si entra en un polígono y se encuentra al típico perro de guarda atado a una caseta es raro que mueva un dedo por regular esa situación. Es más fácil recaudar que mirar realmente por el bienestar y la buena convivencia.

La ley cumple su objetivo de "protectora" diciendo que tiene que haber un "pipican" que a su vez debería valer como área de esparcimiento pero, sin embargo, no especifica medidas. El no delimitarlas permite a los ayuntamientos crear (si es que lo hacen) zonas ridículas para muchísimos perros, zonas en las que no todos los perros pueden "disfrutar", por un lado debido al espacio y, por otro, porque no todos los perros se pueden llevar bien y si llega "fulanito" tendrán que irse los demás, o a la inversa.


Hay pipicanes sin delimitar, esos que son cuatro papeleras para que gentilmente deposites las bolsitas con las deposiciones de tu perro, pero que por no estar cerrados, no posibilitan dejarlo suelto. Muchos de esos espacios sin barreras físicas están además al lado de carreteras y por supuesto no pueden ser consideradas zonas esparcimiento sino una zona verde usada simplemente para que tu perro haga sus cosas y tú las recojas. Si no lo haces aparecerá tu amigo el municipal para recordarte que la ley esta para cumplirse.

Habiendo cada vez más perros conviviendo con nosotros el afán recaudador de las administraciones se ceba con el cumplimiento de esa parte de la ley que da derecho a cobro. Si por lo menos esa recaudación se invirtiera en la construcción de una zona en condiciones para que los perros puedan correr y tener un mínimo de libertad sería un buen fin, pero el dinero que generan los perros no se reinvierte en mejora de infraestructuras para ellos.

Si por algún casual conseguimos tener un área de esparcimiento verde, perfectamente cercada y llena de papeleras para las bolsitas, un lugar por donde nuestro perro puede correr libre, por desgracia, en muchas ocasiones, se acaba convirtiendo en el infierno de los perros y de muchos propietarios. Un día un perro es zarandeado por otro, mientras que el propietario del segundo, sigue de charla con sus amigos, ajeno totalmente a la situación y si acaso se da cuenta, lo ve normal, "cosas de perros", hasta que el dueño del perro agredido deja de ir por no querer problemas y, también, por la propia seguridad de su perro. Es curioso cómo las áreas de esparcimiento se llegan a convertir en lugares de reunión para humanos que con la excusa de tener pipican se olvidan de que pueden, y deben, pasear con su perro: "es mejor que juegue con otros perros y se canse, así no me da la lata en casa"


Las leyes son muchas y muy variadas según la zona y quién las aplique. Este es sólamente un punto de una de esas leyes de protección. Al leerlas completas parece que sólo pretenden proteger a quien no tiene perro de quien sí lo tiene, parece que la parte que protege a los perros (y animales en general) no es de interés para la administración. Las posibilidades de los ayuntamientos para una zona adecuada son mayores de lo que los pipican existentes (cuando existen) demuestran, pero el bienestar de los perros que conviven con nosotros no es rentable.








Por CECP

viernes, 1 de junio de 2012

¿Compañero o herramienta?

Si hiciéramos una encuesta, con pregunta abierta (es decir, respuestas libres), sobre qué opina la gente sobre sus compañeros caninos, supongo que la variedad de respuestas sería igual al número de personas a las que consultáramos: "forma parte de mi familia", "es un compañero", "pregúntale a mi hijo, fue su capricho", "es un trasto y además no hace caso", etc, etc, etc..

Para la gente "llana", de a pie, con más o menos conocimientos sobre perros, por lo general, son animales de compañía, mejor o peor tratados, con más o menos problemas, pero al fin y al cabo, miembros de la familia con más o menos derechos.

Sin embargo, hay un sector de esta sociedad, de este mundo, en el que los perros son meras herramientas. Reciben comida y "cobijo" pero no tienen apenas contacto social con los humanos salvo cuando tienen que cumplir su función, y cuando dejan de ser útiles, en el mejor de los casos, son entregados en adopción. Hay muchísimos ejemplos y enumeraremos algunos a continuación, no sin antes advertir que este listado no pretende para nada generalizar ni denunciar a todos los que aprovechan las múltiples cualidades superiores a las nuestras que tienen nuestros compañeros caninos: los perros pueden trabajar, pueden ayudarnos pero, deberían ante todo, ser compañeros y vivir como ello con nosotros, no en frías jaulas de las que sólo salen (si tienen suerte) para realizar la función para la que han sido adquiridos, criados y adiestrados.

- Perras de cría de criadores irresponsables (que aún abundan): cada celo son preñadas, incluso obligadas a ser montadas, para que, cuando dejan de ser fértiles, o empiezan a tener problemas de salud, con un poco de suerte, ser regaladas o entregadas en adopción. Y por extensión, en el mundo de la belleza canina también abunda esto: basta ver cómo tratan a sus perros en los ring, cómo parece que lo único que les importa a algunos (que no a todos, hay que remarcarlo) es obtener una buena posición para añadir la titulación a su macho o hembra y así poder vender las próximas camadas más caras.

- En el mundo deportivo canino aún hay muchas herramientas: si el perro que se compró vale y puede ganar premios, estupendo.. entrenará, entrenará y entrenará y seguramente tendrá una zona de terreno, fuera del hogar, donde podrá vivir (el pobre estará tan estresado que la convivencia en casa con él será imposible). Aún tengo en mente la imagen de agilitistas que cuando hacen una buena manga empiezan a dar botes de alegría y ni se acuerdan del perro.. ese que ha hecho tan buen recorrido y resultado simplemente porque hacía algo contigo.

- Los perros de las fuerzas del estado, entidades oficiales, empresas de seguridad, etc.., sean perros detectores, perros de guarda, perros de rescate, etc.. Muchos de ellos aún viven en frías jaulas de las que sólo salen para entrenar o trabajar. Me hace pensar en la bondad de estos animales que aún alejados del calor de un hogar, son capaces de darlo todo por esa persona a la que se vinculan por los ratitos que pasan con ella, casi siempre trabajando.

- No pueden quedarse sin nombrar los perros guía, los lazarillos de toda la vida. Es curioso el simple hecho de que su juventud la pasen en un hogar de acogida (algunos, claro), para luego volver al centro de entrenamiento cuando tienen aproximadamente 1 año (¿qué tipo de adiestramiento recibirán que no es adecuado empezar a trabajar con ellos antes?). Y luego, una vez que son perros perfectamente entrenados, son entregados para trabajar.. unos tendrán suerte y darán con una familia amante de los animales que le harán trabajar lo justo y le permitirán ser perro el resto del tiempo.. otros, sin embargo, por desgracia, quedarán anulados y serán simples herramientas, que cuando se rompan, serán sustituidas por otra, como quien cambia la batidora porque ya no funciona.

- Perros y animales de laboratorio, usados para la experimentación, para que nosotros podamos disfrutar "sin riesgos" de los productos que compramos en el supermercado. No hace falta explicar el tipo de vida que llevan...


- Perros de caza mantenidos en cheniles entre temporada y temporada, que cuando salen es para ser metidos en carros de transporte. Por supuesto, el día que toque cazar no comerán, para que hagan su trabajo mejor, con un cascabel, en el mejor de los casos, o con un collar eléctrico al cuello para que no se aleje. Como no, el día que por edad o por una lesión relativamente grave ya no corra con la misma alegría, será tirado a la basura como un mueble viejo.

- Perros de pastoreo que después de estar todo el día con el ganado, a la vuelta a casa les espera un chenil múltiple, eso siempre que haya demostrado ser apto para pastorear, porque sino será una herramienta defectuosa de la que habrá que deshacerse.

- Esos supuestos perros de guarda de fincas, naves, etc.. atados a una cadena o sueltos, usados como herramientas de seguridad que supuestamente sustituyen a una alarma. Si un día están más nerviosos de lo normal y tienen la mala suerte de atacar a la familia o a alguna visita quedan sentenciados.

No pretendemos con este articulo señalar ni denunciar (aunque en muchos casos es la única salida) a nadie ni tampoco generalizar en los sectores mencionados (salvo el de laboratorios, claro). Por suerte, poco a poco, las cosas van cambiando para bien. Pero aún así, nos sentimos en la obligación de recordar que aún queda mucho por hacer. Los perros pueden trabajar, ¡desde luego!, pueden hacer deporte, pueden participar en exposiciones de belleza, pueden tener descendencia, pero siempre que se tenga en mente su condición de ser vivo, de ser con emociones y sentimientos, siempre que no se consideren como herramientas de usar y tirar. A nadie le gusta que le traten así, así que no trates tú así a ningún ser vivo: EMPATIZA.







Por CECP

jueves, 17 de mayo de 2012

Desmontando el castigo

Definición de CASTIGO
(Fuente: Wikipedia)
El castigo es una sanción o pena impuesta a una persona, animal o ser vivo (aunque el término se utiliza para las personas en general) que esta causando continuas molestias o padecimientos, causa por la que se ejecuta una acción, que puede ser tanto física como verbal, directa o indirecta, contra quien ha cometido una falta o delito.
El castigo se aplica según se incumplan las normas o conductas morales establecidas (desde un nivel de la sociedad en general, hasta el ámbito intrafamiliar, incluyendo el "auto-castigo").
Según el rango de severidad, existen castigos que pueden causar dolor físico o moral a una persona, e incluso llegar a la mortificación al corregir duramente, o todo lo contrario, sin llegar a tales extremos, propiciando el uso del habla y siendo un corregimiento amainado y aminorado.
El tipo o forma en que se da el castigo depende, en una definición amplia, del que aplique el castigo, el tipo de sanción y la gravedad de la falta.
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Según la teoría del condicionamiento intrumental u operante, castigo es toda aquella acción que pretende que un comportamiento desaparezca. Así mismo, se diferencian dos tipos de castigos, el denominado positivo ("añade algo aversivo hacia el perro") y el negativo ("hace desaparecer algo bueno para el perro"). En el primero hacemos algo (por lo general desagradable) para que se deje de producir el comportamiento, y en el segundo, se retira algo agradable con el mismo fin.
 
Son dos definiciones muy sencillas y exentas de rigor científico pero, como no pertenecemos a esa comunidad, preferimos hablar de ciertos conceptos en términos "llanos" para que todo el mundo los entienda.

Como bien sabréis, los educadores en positivo no usamos castigos, para ser más concretos, no usamos castigos positivos. Y la razón no es porque seamos los más hippies y "flower power" del mundo que dejamos que los perros hagan lo que les da la gana. Al contrario, nos gustan los perros educados que cumplen las normas, normas razonables eso sí, normas que hay en nuestros hogares y en nuestra sociedad, sólo que se lo explicamos de una forma un tanto distinta. No usamos tirones de correa, ni mucho menos artilugios mal llamados educacionales que puedan hacer daño, no usamos "noes", ni chistidos coercitivos, ni enseñamos por imposición o intimidación, y todo ello porque:

- En primer lugar, porque si somos la especie inteligente, tenemos que demostrarlo. El castigo (positivo) es el camino fácil: no me gusta un comportamiento, lo cohibo y así no se produce. No funciona así. El castigo oculta el verdadero problema que existe y parece ser gratuito o por lo menos en el momento, pero no es así. Realmente corta comportamientos naturales, curiosidades, libertad e iniciativas. Con el castigo se producen consecuencias como vamos a ir explicando. Si un comportamiento de tu perro es inadecuado, estrújate el cerebro, piensa por qué se produce y solucionalo sin producirle ningún daño físico ni psicológico y sobre todo sin romper el vínculo que debe existir entre el propietario y su perro.

- En segundo lugar, porque nos convierte en seres imprevisibles e impredecibles en los que dificilmente un perro va a confiar. Con un sencillo ejercicio de empatía lo podemos ver: ¿qué confianza os merece alguien que está cortando constantemente vuestros comportamientos e iniciativas? Además, con continuos castigos y correcciones lo único que conseguimos es inhibir la espontaneidad y la capacidad de exploración de nuestros perros: no se atreven a dar un paso sin nuestra aprobación, les convertimos en robots, no les permitimos ser lo que son, perros.

- Otra razón para no usar castigo (abreviaremos así para referirnos al castigo positivo=añadir un elemento aversivo) es que es imposible aplicarlo correctamente. Para que un castigo surta efecto, ha de ser de aplicación inmediata (o sea, tener unos reflejos de vértigo), debe aplicarse en la intensidad adecuada (los humanos somos malísimos para graduarnos) y además, debe aplicarse siempre que ocurre la conducta (algo totalmente imposible ya que no podemos ni debemos estar las 24 horas vigilando a nuestros perros). Un ejemplo de esta razón que todos entendemos claramente es la de los radares, ¿a que si supieras que SIEMPRE que excedes la velocidad te van a multar, nunca superarías los límites? Pero, como existe la posibilidad de que no nos pillen, no pasa nada si alguna vez la sobrepasamos.. pues exactamente lo mismo ocurre con los comportamientos que consideramos inadecuados en nuestros perros. Al final, lo único que conseguimos es confundir a nuestros perros y convertirnos en imprevisibles, como se comentó en el punto anterior.

- Consecuencia de la razón anterior es que en muchas ocasiones lo único que conseguimos es que el perro no realice los comportamientos que consideramos inadecuados en nuestra presencia. El típico ejemplo es el de el perro al que se le ha prohibido subir al sofá mediante castigos (aunque solo se usen chistidos), la mayoría de ellos lo hace cuando los dueños se van de casa.

- Además, mediante castigos, el tipo de aprendizaje que se produce se hace por evitación: el perro no hace algo por miedo o para evitar las consecuencias, lo que ya no es un aprendizaje coherente sino que es un aprendizaje de presión y de estar continuamente evitando tirones y castigos, y lo peor, es que lo que creemos que le estamos intentando enseñar a nuestro perro no es lo que realmente aprende. ¿te gustaria aprender así?.

- En muchas ocasiones en vez de extinguir el comportamiento lo único que se consigue es inhibirlo y hacer que aflore de otra forma. Se ve fácilmente en el tratamiento de la vocalización excesiva con collar anti-ladrido: si el perro tiene un problema de ansiedad, y uno de los síntomas es ese ladrido, si lo castigamos, seguramente aparecerá otro problema distinto (pero con la misma base) como pueden ser destructividad, autolesiones, etc... El comportamiento molesto no ha desaparecido, se ha transformado.

-  En otras ocasiones, el castigo tiene el efecto contrario al esperado, en vez de actuar como inhibidor de una conducta lo que hace es reforzarla. Volvemos al perro ladrador: estamos tranquilos en casa, viendo la tele y de repente el perro ladra.. "noooo", y se calla. Vuelve a ladrar, "nooo", y vuelve a callar. De nuevo lo hace, y esta vez, nos levantamos y le regañamos "¡He dicho que no ladres! ¡Nooooo!". Puede que se calle por fin y nos salgamos con la nuestra pero él ha conseguido que nos levantemos del sofá y dejemos de ver la tele un momento para precisamente hacerle caso (los hay muy astutos que a la vez ponen cara de buenos y además, como se callan, consiguen unos cuantos mimos como premio a obedecer..), acabamos de premiar que el perro nos reclame con ladridos, ¡felicidades!....

- El castigo genera estrés y el estrés deprime el sistema cognitivo (disminuye la capacidad de aprendizaje) y hace que el límbico esté a flor de piel (mayor reactividad, más miedo,...). El estrés no es más que una respuesta fisiológica (involuntaria e incontrolable) del cuerpo para responder a una exigencia, a un cambio, a algo que aparece en el entorno. Unos simples "chistidos" son cosas que aparecen en el entorno. Un chistido, un pico de estrés, otro chistido, otro pico de estrés... y el cuerpo no descansa, no tiene tiempo de eliminar las sustancias que se generan en esos picos de estrés agudo, por lo que puede convertirse en estrés crónico, con todos los problemas físicos y psicológicos que ello conlleva. Hablaremos más detenidamente sobre el estrés en otro articulo.

- Por supuesto, los castigos ocasionan lesiones a los perros. Los aparentemente inofensivos tironcitos de correa pueden provocar lesiones cervicales así como problemas de visión y tensión ocular. Ni que decir tiene que los efectos de un collar eléctrico, un collar de pinchos, o uno de ahogo, son mucho mayores. Y los "toquecitos", en según qué zonas, pueden hacer mucho daño también. Pero las lesiones psicológicas, las que no se ven a simple vista y que ya hemos comentado, perros con miedo a sus dueños, y que un día quizás acaben echando la boca, perros con miedo a salir de paseo y que comienzan a reaccionar a estímulos que hasta entonces no les creaban ningún problema, perros que dejan de tener iniciativas y una larga lista de problemas que podemos generar sin darnos cuenta hasta que un día salen a la luz en forma comportamientos que no son agradables y mucho menos van a mejorar la convivencia diaria, problemas que pueden llevar al perro al corredor de la muerte en una perrera.
 
- Y como última razón, aunque no la menos importante, es que nunca sabemos qué asociaciones se están creando en la mente de nuestro perro. Por un lado, podemos crear asociaciones negativas. Por ejemplo, el perro recibe un tirón del collar justo cuando está viendo un niño, el perro puede creer fácilmente que el niño ha sido el que le ha provocado el dolor.. acabamos de crear una asociación negativa con los niños. Por otro lado, podemos enseñar justo lo contrario de lo que queremos a nuestro perro: imaginad el típico perro un poco "basurilla", que coje todo lo que encuentra en el suelo. Si cada vez que coje algo le regañamos y se lo quitamos de la boca, podemos estar enseñándole a cogerlo más rápidamente, salir corriendo e incluso tragárselo con tal de que no se lo quitemos. Comenzamos a ser competidores y a generar una rivalidad entre el perro y nosotros, protegerá sus recursos y si estamos mal informados nos dirán que nuestro perro es dominante por lo que los castigos y el control irán aumentando en cantidad e intensidad, lo que no va a solucionar el problema sino todo lo contrario. Si muchas veces no sabemos ni lo que pensamos nosotros, imaginad tan sólo intentar suponer qué está pasando en el momento en el que estamos aplicando el castigo por la mente de nuestros perros.

No usar castigos positivos no es sólo cuestión de ética y respeto a los perros, es también, una cuestión práctica ya que no valen para nada, ni siquiera para lo que pretendemos conseguir con ellos, recuerda el castigo y la corrección  siempre traen consecuencias y no van a ser de mejoría en una resolución optima del problema. Por eso....


EDUCA SIN CASTIGOSEDUCA SIN CASTIGOSEDUCA SIN CASTIGOSEDUCA SIN CASTIGos
EDUCA SIN CASTIGOSEDUCA SIN CASTIGosEDUCA SIN CASTIGOSEDUCA SIN CASTIGOS
EDUCA SIN CASTIGOSEDUCA SIN CASTIGOS
EDUCA SIN CASTIGOS
ellos se lo merecen


Por CECP

viernes, 4 de mayo de 2012

El hombre por el hombre

Cuando el hombre pisa al hombre y se enorgullece de ello muestra su naturaleza más cruel, más antinatural, la más alejada de una vida apacible. Mediante esa violencia gratuita el hombre sacrifica el regalo más valioso que la naturaleza nos da, la vida. Sacrifica su vida y la del resto de los seres en pro de una vida basada en la hipocresía y el ego social. Crea estatus sociales creyendo que todo en este mundo se mueve por los mismos parámetros de jerarquía y caciquismo, dotándose de aires de superioridad que no son más que el reflejo de la falta del verdadero ser. Tanto tengo, tanto valgo, ¿vales lo que tienes?, ¿quién eres?

Una sociedad cambiante que persiste basándose en jerarquías aplastantes es un mundo en el que a nadie le gusta vivir. Nos venden que debemos tratar así a nuestros perros, como si fueran otro humano que nos quiere "pisar", cuando está más que demostrado que el único ser capaz de destruir todo allá por donde pasa, por puro egocentrismo, es el hombre. Se equivocan, realmente el único ser que usa en su día a día la jerarquía "agresiva" basada en un macho alfa - dominante, es el hombre.

Quizás sea capaz de dominar aquí y allí, pero está perdido en el mundo que une la vida con la naturaleza. La forma de vivir de los animales se puede asemejar en parte a la del ser humano, con diferencias como el egoísmo y los celos, atributos exclusivamente humanos. Por supuesto, no podemos olvidar instinto de caza o depredador, necesario en la naturaleza porque es parte de la supervivencia, que parece que en nuestra sociedad se transforma en zancadillas y empujones por el puesto junto al líder de la "manada".

La maldad que acompaña muchos de nuestros pensamientos se transforma en dar por sentado hechos que no tienen nada que ver con la realidad, como que nuestro perro se orine en la alfombra para fastidiar o por venganza, cuando no es así. ¿No será que en realidad siempre pensamos de forma catastrofista y todo lo que el perro hace muchas veces de forma instintiva no es más que un reflejo de incomprensión tanto en la comunicación como en la convivencia?.

El continuo golpeo al individuo hace que este responda de muy diversas formas y no todas estén bien vistas aunque quizás sí justificadas, ¿quién aguanta sin responder al invasor o al atacante si uno se siente en peligro?. Pues los perros en muchas ocasiones no hacen nada distinto a eso: defenderse del continuo ataque al que son sometidos en el día a día, ataque muchas veces redirigido por la maldad que acompaña nuestro pensamiento humano.

Cuando la frustración y el peso de la sociedad se dejan sentir y el arrebato del que se siente líder en el estatus jerarquico debe demostrarlo, bajo pautas de dominancia ficticia apoyada por la agresividad con dosis desmesuradas de violencia, es capaz de llevar a cabo actos que nos deberían dejar lejos de sentirnos orgullosos de ser lo que somos.

El estatus de superioridad alimenta el miedo de quien no tiene el poder y tiene que decidir entre escapar o luchar, lo que decida puede ser mejor o peor, pero cuando la sombra del líder jerárquico que tiene que prevalecer porque se ha de demostrar quien manda desaparece, la oportunidad llama a la puerta.

Las instrucciones de un mundo perfecto deben estar escondidas en el fondo de algun cajón o se perdieron, o quizás no existan, pero seguro que el que tenemos se puede mejorar. Sociedades, asociaciones, activistas, solidarios y mucha gente se mueve por el apoyo y protección de los animales para que no sigan sufriendo a seres sin escrúpulos que imparten la justicia del hombre por el hombre.
 
 

Por CECP

viernes, 20 de abril de 2012

Herramientas 2. Juegos y juguetes

Creo que todos estamos de acuerdo en que los perros y todos los seres vivos en general, necesitan jugar. Si bien es cierto que según se van haciendo adultos la necesidad es menor, eso no quiere decir que no les venga bien hacerlo de vez en cuando.

Es común la estampa de una casa llena de juguetes "pasivos", es decir, cuerdas para morder, muñecos de peluche, muñecos con pitido,.. juguetes que por lo general sólo ocupan espacio, aunque bien es cierto que la masticación (cuerdas, huesos, etc..) ayuda a la relajación.

En cualquier caso, ya que a todos en el fondo nos gusta jugar, ¿por qué no aprovechar y usar juguetes que ayuden a ejercitar el cerebro de nuestro perro? Dicho en otras palabras, ¿por qué no usar juguetes de inteligencia, interactivos, que le hagan pensar?

Os mostramos algunos ejemplos de juguetes interactivos que consideramos interesantes.


En el puesto número 1, los juguetes rellenables tipo kong. Se deben rellenar en modo fácil al principio (sólo salchichas o pienso) e ir complicándolos más adelante, poniendo un tapón de pienso húmedo (lata) o quesito (siempre que el perro no sea intolerante a la lactosa), y luego añadir más tapones internos, para acabar, por ejemplo, haciendo una especie de puré que meteremos en el congelador. La imaginación a la hora de rellenar un kong sólo está limitada por los gustos y preferencias de nuestro perro.





En el mercado también podemos encontrar pelotas, cubos, botellas interactivas,... con agujeros por los que introducir la comida y una especie de "laberinto" interior o una cuerda que hace las veces de tapón. Personalmente prefiero los de goma, ya que si tienes vecinos debajo es una forma de no molestarles. Los perros los tienen que hacer rodar, botar, lanzar, etc.. para sacar su contenido. En este caso es recomendable pienso o algún tipo de premio seco para que la extracción no se convierta en imposible.




Y no podemos dejar de nombrar los fabulosos juguetes de Nina Ottosson, tanto en madera como en plástico (éstos últimos, fácilmente limpiables), con distintos niveles y en muchas ocasiones más de un juego por panel.







Estos no son más que algunos ejemplos de la infinidad de productos que os podéis encontrar en el mercado, parece que por fin los juegos de estimulación mental proliferan entre los fabricantes..

Ahora bien, no podemos negar que hacerse con un buen arsenal de juguetes puede salir un poco caro y tal y como están las cosas, la mayoría no estamos para mucho gasto.. pero no por ello debemos renunciar a proponer retos a nuestros perros. Entonces, ¿qué hacer? ¡Pues inventarlos de forma casera! A continuación algunas propuestas:


Nada más sencillo o cotidiano que el tubo de cartón del rollo de papel higiénico o del papel de cocina: dobla uno de los extremos para cerrarlo, rellénalo de pienso o premios secos y al principio no cierres el otro extremo del todo, y ala, ¡a jugar! Da igual que lo rompa, para eso es, no importa demisiado si se come un cachito (siempre que sea pequeño), al fin y al cabo es cartón y no le hará ningún daño.




¿Qué tal una botella de plástico? De esas de medio litro de agua o de cualquier refresco, llénala y dásela: la morderá, la aplastará, la dará la vuelta, incluso la lanzará... Quizás tengas que ayudarle un poco al principio si la boquilla es pequeña pero pronto se convertirá en un especialista.





Seguro que todos tenemos en casa sábanas, toallas o mantas viejas, pues, ¡genial! ya tienes otro objeto con el que jugar: extiéndela, lanza cachitos de pienso, o salchichas, o lo que se te ocurra, dóblala escondiendo lo que has lanzado, coloca aleatoriamente otro puñado, vuelve a doblarla.. y, ¡al ataque! Estará un buen rato olisqueando, mordisqueando, buscando.. y cuando se haya acabado la comida, seguramente seguirá otro buen rato gracias al olor que quedó.
 


¿Y qué tal una caja de cartón? Puede valer una simple caja de zapatos: rellénala con lo que quieras, incluso, puedes meter papel de periódico para que tenga que rebuscar un poco más, al principio no la cierres del todo y ponlo un poco más difícil poco a poco. Igual puedes hacer con cualquier otro tipo de caja, siempre recordando ponerlo al principio fácil e ir aumentando la dificultad más adelante (una caja, dentro de otra caja, incluso se puede envolver como para regalo alguna de ellas...)


Un buen consejo es el que me dieron hace poco: cada vez que vayas a tirar algo a la basura, antes de hacerlo, piensa si puede servirle de entretenimiento a tu perro.

Como fuente de ideas para juguetes caseros, es imprescindible el libro de Cristina Sondermann, Jugar con su perro.

Los juegos de estimulación mental entretienen, hacen pensar, ayudan a aumentar la autoconfianza de nuestros perros, entre otros muchos beneficios.. ¡Esperamos que os divirtáis!



Por CECP

jueves, 12 de abril de 2012

La responsabilidad de tener perro

Decir que tener perro (o gato, o hurón, o cualquier compañero de otra especie) es una responsabilidad suena a tópico pero, ¿realmente todo el mundo es consciente de ello? ¿Realmente todo el mundo sabe qué significa y qué implica?

Desde el día que tomamos la decisión de la entrada de un nuevo miembro en la familia, ya estamos responsabilizándonos. De hecho esa decisión debería ser en sí misma responsable:
¿Es un capricho, o realmente somos conscientes del compromiso que vamos a adquirir y que va a durar muchos años?
¿Será cachorro, adulto, hembra, macho, grande, pequeño,...?
¿Se adoptará, se comprará?
Si optamos por el segundo caso, ¿será en una tienda de animales o a un criador responsable?
Si nunca antes hemos tenido perro, es aconsejable buscar asesoramiento profesional, alguien que nos explique qué es un perro (animal social y cazador) y cuáles son sus necesidades, alguien que nos cuente todos los pros y los contras (salir a pasear días lluviosos y de mucho frío, por ejemplo) de tener perro y nos oriente sobre qué perro sería el más adecuado para nosotros (en las protectoras suelen hacer este asesoramiento).

Una vez tomada la decisión y estar toda la familia de acuerdo y en condiciones de comprometerse con el cuidado del nuevo compañero, antes de ir a buscarle, habría que preparar su "ajuar" y tener decidida toda la logística casera: quién le sacará, cuándo, cuánto tiempo, en qué zonas de la casa podrá estar y, un detalle muy importante que muchas veces se olvida, poner la casa a prueba de perros retirando de su alcance todo aquello que pueda ser peligroso para él, o que simplemente no deseamos que coja. Estaría bien aprovechar y coger unos días libres para ayudar al perro a adaptarse a nuestro hogar y a nosotros, y también, como no, adaptarnos nosotros a él.

Y por fin, llegará nuestro perro. Un ser del que seremos responsables y de cuyos actos también nos tendremos que responsabilizar. Todo lo bueno o malo que haga será gracias a nosotros o por nuestra culpa, los perros no hacen las cosas mal para fastidiarnos, ni entienden nuestro concepto del bien y el mal. Somos los humanos quienes tenemos que orientarles, educadamente, sobre lo que esperamos de ellos.

Tenemos que cubrir sus necesidades (ver "Cómo ser un buen humano para tu perro"), estar pendientes de su salud (visitas al veterinario, vacunas obligatorias, revisiones, etc...), recoger sus excrementos en la calle (es nuestra responsabilidad) y educarle de forma adecuada. El penúltimo punto, en ciudad, aún parece que le cuesta a la gente asumirlo: suele ser bastante desagradable pisar una caca, si nos molesta cuando pisamos una, nadie tendría por qué pisar la de nuestro perro. También el último punto (educación) suele ser controvertido y generar muchos problemas, problemas para los perros, por supuesto, que pueden acabar abandonados o devueltos, en el caso de que hubieran sido adoptados.

Todos los miembros de la familia deben ser coherentes y uniformes a la hora de relacionarse con el perro: no vale que alguien se amable con él y otro le corrija constantemente, ya que esa forma de actuar sólo producirá confusión en el perro y, por consiguiente, podría derivar en problemas de comportamiento que luego supuestamente no se sabe de dónde vienen. Los gritos y los castigos en casa pueden derivar a la larga en gruñidos debido al miedo que nos tiene el perro o simplemente porque considera que tiene que defenderse de nuestras agresiones. En la calle, pasa exactamente igual, un paseo correcto evitará tirones de correa y asociaciones inadecuadas (con otros perros, con personas, etc..). Si mañana tiene problemas de comportamientos agresivos, no será porque se haya vuelto dominante, sino porque nosotros no hemos sido responsables a la hora de educarlo.

Otra forma de ser responsable es acudiendo a un profesional el día que aparece el primer atisbo de problema de comportamiento, exactamente igual que cuando vamos al veterinario porque sospechamos que el perro no se encuentra bien. Ladridos excesivos, tirones de correa, mala relación con algún miembro de la familia, etc.. cuanto antes intentemos solucionarlo de forma responsable (y de forma amable), antes volverá la normalidad a nuestra vida y a la de nuestro perro. Si tienes un problema personal, acudes a un profesional, no busques ayuda para tu perro en internet o en los parques, sé responsable.

Ser un dueño (o humano) responsable va más allá de simplemente dar de comer y sacar a evacuar 3 veces al día al perro. Implica conocerle, observarle, empatizar con él, ser consciente de que es un ser vivo y ante todo, saber que todas nuestras acciones y emociones le afectan.



Por CECP

Como ser un buen humano para tu perro
















jueves, 29 de marzo de 2012

¿Conoces a tu perro?


 
Para un segundo y hazte esa pregunta.. ¿Conoces realmente a tu perro? ¿Cuánto crees que le conoces? La mayoría de nosotros decimos que sí, incluso en alguna ocasión, cuando hemos sido capaces de anticipar un comportamiento pensamos "le conozco como si le hubiera parido". ¿Pero realmente es así?

Para conocerle, deberíamos observarle y normalmente es algo que hacemos bastante poco: las prisas, las mil ocupaciones y preocupaciones,.. hacen que nos cueste horrores estar simplemente mirando y observando (para aprender, como decíamos hace 15 días) a nuestro perro. Sin embargo, eso es lo que hacen ellos todo el día: nos miran, nos observan, nos "aprenden" para saber qué haremos a continuación, para saber cómo nos sentimos y saber si tienen que acercarse a consolarnos o bien, alejarse porque no estamos de demasiado buen humor.

Si los perros hablaran, dirían cosas de sus dueños que ni ellos mismos saben (los humanos de sí mismos), es lo que tiene poder estar mirando, observando y aprendiendo.

Volvemos a la pregunta inicial: ¿conoces a tu perro? ¿eres capaz de anticipar sus reacciones y comportamientos? ¿o te sorprende todos los días (tanto para bien como para mal)? ¿sabes qué significan cada uno de sus gestos? ¿conoces sus gustos y preferencias? ¿y lo que no le gusta, le incomoda o le da miedo?

Te sugerimos un par de ejercicios para que pienses cuánto conoces a tu perro.

El primero, confecciona una lista de 10 cosas que le gustan a tu perro (comida y juego o juguetes solo valen como uno, es decir, no vale decir: salchichas, chorizo, queso, etc.. o jugar a la pelota, al mordedor, etc..).

El segundo, confecciona una lista de 10 cosas que le incomodan o disgustan a tu perro.

Las diez cosas que le gustaban, ¿te valdrían para recompensarle si estuvieras enseñándole algo?. Las 10 que le disgustan, ¿las intentas evitar? ¿has intentado alguna vez trabajarlas para que le parezcan menos desagradables?

¿Qué tal ha ido? ¿Fue fácil? ¿Difícil? ¿Cuánto tiempo te ha llevado? No se trata de hacer un concurso, ni de inventarse cosas que le gusten o disgusten a tu perro. Simplemente es un autoevaluador de cuánto conoces a tu perro.

Ahora podemos pasar a hacer ejercicios avanzados. Por ejemplo, imaginar situaciones que podrían darse en la vida cotidiana y pensar cómo se comportaría vuestro perro:

- Vas por la calle paseando tranquilo con tu perro y de repente alguien se acerca a ti con voz algo amenazadora, ¿cómo actuaría tu amigo?
- De nuevo vas paseando por la calle, tropiezas y te caes. ¿Cómo actuaría tu perro? ¿yendo suelto? ¿yendo atado?

Puedes convertir estas preguntas avanzadas en un juego divertido que practicar con familiares y amigos. El día que sucedan esos hechos, verás si conocías bien o no a tu perro y, por supuesto, pasarás un buen rato compartiendo opiniones.

Con este post solo pretendemos recordar cuánto se preocupan nuestros perros por conocernos y entendernos (veinticuatro horas al día) y cuán poco lo solemos hacer nosotros.Ya que se supone que son los grandes amigos del hombre, ¿no se merecen un mínimo de esfuerzo por nuestra parte?

Mira, observa, aprende, conoce a tu compañero canino.


Por CECP

miércoles, 21 de marzo de 2012

El de la tele dice...

Conversación real:

Mientras paseaba a uno de mis perros me tope con un señor y conversamos un momento, estos son un par de comentarios de la conversación:
 Persona mayor: "El de la tele dice que de vez en cuando hay que pegar al perro para que sepa quien manda"
 Quien escribe: "Creerse todo lo que dice la tele denota poca sabiduría"


Compra siempre mis productos, guárdame fidelidad
Tú eres un consumidor inteligente
Letra Distorsión Lpr
Fuente: musica.com
¿Conciencia? ¿Respeto? ¿Criterio propio? Estos conceptos son aún hoy una lucha en nuestra sociedad. Probablemente los tenemos pero sólo para lo que nos interesa, es como si para algunas cosas, como nos sentimos seres superiores no nos los podemos permitir, o no los usamos porque nos han dicho que está mal.

¿Alguna vez alguien se ha parado a pensar el porqué de sus actos y lo que éstos pueden desencadenar en el entorno que le rodea?: con la gente que compartimos el día a día y, en especial, con nuestros perros.

Se supone que la forma que cada individuo tiene de ver las cosas nos hace diferentes pero en realidad cada día nos parecemos todos más, copiamos lo que vemos, sobre todo los niños, la televisión nos muestra opiniones que nos creemos y consideramos propias. Si toda la vida se ha hecho así, ¿para qué cambiar?.

La concienciación animal poco a poco y generación tras generación, por lo menos ya que presumimos de evolucionados debería ir calando en la sociedad, pero en realidad lo que se fomenta es la violencia gratuita hacia los animales, algo que resulta lógico si miramos mas allá de nuestras narices y vemos un mundo roto por las guerras, por el hambre y el horror que nosotros mismos nos regalamos unos a otros.

Entonces, ¿qué no haremos para que ese perro que nos quiere dominar no lo consiga, y yo "todo tieso" sea el líder?.

El niño que ve el maltrato a los animales tanto físico o psíquico como algo normal, tiende a maltratar a los animales de la misma forma, puede verlo en la televisión, en la calle, en casa mismo, si para pasar por el pasillo el padre da un puntapié al perro, el niño dará un puntapié al perro para pasar, el día que el perro gruña, con todo su derecho, por el trato recibido, nos llevaremos las manos a la cabeza.



Yo te doy tus enemigos y a quién debes imitar
Y no existe lo que yo no te comento
Letra Distorsión Lpr
Fuente: musica.com
Nos guiamos mucho por dichos populares como, "se recoge lo que se siembra", entonces ¿por qué no pensamos en lo que estamos sembrando en las mentes de nuestros perros?: miedos y agresividades entre tantos problemas que somos capaces de generar en su cerebro.

Cuando inconscientemente nos dejamos crear la opinión y repetimos lo que vemos, ¿qué parte de nosotros está ahí actuando? ¿la racional y objetiva?.




Distorsión de la realidad, distorsión de la gente
Creación de la realidad, distorsión de la mente
Letra Distorsión Lpr
Fuente: musica.com

"Los efectos positivos que podemos ver en los programas de la TV no dan resultado a largo plazo, a menos que continúes abusando del perro en cada ocasión en que ataca o muestra cualquier otro comportamiento. Esto significa que tienes que continuar exponiendo al perro al dolor durante días, semanas, meses y tal vez años"

Anders Hallgren



Por CECP

miércoles, 14 de marzo de 2012

Observar para aprender

Observar. (Del lat. observāre).
1. tr. Examinar atentamente. Observar los síntomas de una enfermedad. Observar el movimiento de los astros.
2. tr. Guardar y cumplir exactamente lo que se manda y ordena.
3. tr. Advertir, reparar.
4. tr. Mirar con atención y recato, atisbar.
Fuente: RAE (Real Academia de la Lengua Española)
5. tr. Mirar y escuchar con atención, interés y empatía (CECP)

¿Quién no se ha parado a observar una cazadora o un abrigo en un escaparate? Miramos ese objeto, esa prenda de vestir de arriba a abajo. El color es lo primero que nos entra por los ojos, miramos los bolsillos, el corte, y más detenidamente quizás observemos los detalles más pequeños como las costuras, los dibujos de los botones. Minuciosamente vemos el conjunto de la prenda e imaginamos incluso cómo nos quedaría puesta... sin darnos cuenta nos hemos quedado un rato observando algo que nos ha llamado la atención.

A los perros les sucede lo mismo con una bolsa de plástico movida por el viento, con las hojas que caen de un árbol, con una bicicleta que pasa, con unos ladridos que apenas nosotros escuchamos, el sonido de una moto, etc.. ellos se paran, y se quedan quietos a observar y a escuchar esas cosas, cosas que suceden muy cerca de ellos, a un palmo de sus hocicos y casi siempre por encima de ellos. Nosotros, metro y medio más arriba, muchas veces no nos damos cuenta, no tenemos idea alguna de su percepción y de lo importantes que son estas nimiedades para ellos. Sería interesante observar a nuestro perro cuando caminamos con él y ver cómo reacciona frente a esos estímulos que para nosotros parecen tan normales e inofensivos. Es un trabajo sencillo que todo propietario debería hacer en el día a día para conocer a su perro mejor, en vez de sólo reconocer (y quejarse de) los síntomas de problemas que comenzaron con un tirón de la correa cuando el perro estaba observando a otro perro en un momento de excitación, seguramente en ese momento estaba ladrando y no hemos escuchado lo que nuestro perro nos decia. Si los síntomas son evidentes no estamos empezando a tener un problema, realmente, el problema ya estaba desde hacía un tiempo.

La falta de observación de esos pequeños detalles (los dibujos de los botones del abrigo que
nos gusta) y el no escucharle, hace que muchos perros se vean constantemente sometidos a situaciones que no son capaces de gestionar. Situaciones que, por la falta de observación y comprensión, quedan "solucionadas" con un tirón de correa: el perro que al llegar al paso de peatones, se sienta y gira la cabeza a un metro escaso de los coches y que cuando el semáforo se pone verde para dar paso a los peatones se queda estático, no se mueve, pero el tirón de la correa le obliga a enfrentarse a su propio miedo en una situación que no controla, no comprende ni sabe gestionar.

Vivir a más de metro y medio del suelo y no observar qué está sucediendo en el mundo en el que viven nuestros perros, a su altura, ese mundo que se mueve (por lo general) a menos de medio metro del suelo, hace que muchos de los problemas que desarrolla un perro se deban a exposiciones descontroladas a estímulos que producen una emoción algo desagradable (por lo general miedo), para luego seguir sometiendo inconscientemente al perro a exposiciones reiteradas a esos estímulos que con el tiempo provocan respuestas y comportamientos que se consideran "anormales".

Las señales que nuestro perro nos envía (su lenguaje corporal y ladridos) nos dan pistas muy claras sobre qué está sucediendo. No hace falta hablar de un comportamiento de huída como salir corriendo en sentido contrario al paso para cruzar y los coches (que aún siendo una señal clarísima de que algo no va bien no se tiene en cuenta por muchos propietarios que siguen tirando de su perro para cruzar), basta pensar en el perro que está sentado frente al paso de los coches y mantiene la cabeza girada intentando evitarlos. Debemos ver, observar y entender esas señales que el perro nos envía, interpretarlas como lo que son, comunicación, una expresión de su estado de ánimo.

Otro ejemplo de lo duro que resulta vivir tan cerca del suelo puede ser la típica terraza de verano. ¡Qué divertido es, con nuestras cervezas y algo para picar en la mesa rodeados de gente que va y viene! ¿Hemos mirado por debajo de esa mesa para observar qué sucede, cómo se encuentra nuestro perro? Patas de mesas, sillas que se mueven, algún vaso que se cae y gente pasando de un lado a otro. 
A los pies de un grupo de gente que disfruta de su almuerzo nos podemos encontrar con un perro nervioso sometido a una situación muy estresante que comienza a reaccionar a estímulos que hasta entonces no le creaban ningún problema. Supongamos que antes de llegar a la terraza ha tenido que enfrentarse al paso de peatones...

Podemos hacer un sencillo ejercicio de observación saliendo a la calle sin nuestro perro, imaginando cómo se ven las cosas a su altura, los coches, los árboles, las bolsas de plástico, los niños, las bicicletas, el parque donde se junta con otros perros... Y cuando salimos con él, no es tan difícil observarle, observar sus comportamientos, sus reacciones, en vez de despreocuparnos hablando con el móvil, mirémosle, observémosle. En casa, no es tan difícil ver dónde está tumbado y no pisarle o pasar de malas formas por encima de él (cosa que suele hacer que se levante y además tropecemos).. imaginad que un gigante viene hacia vosotros como si os fuera a aplastar. Observad vuestro nerviosismo del día a día y la sutileza del lenguaje canino. No escucharle, no observarle, sólo levanta un muro entre el humano y el perro, un muro que evita la comprensión y la comunicación, un muro que hará que el perro "grite" mediante comportamientos "anormales".

Pararnos a observar qué nos cuenta nuestro perro solamente cuando nos echamos encima de él para acariciarlo, algo que nos parece tan bonito y que tanto gusta a la gente en general (acariciar a cada perro que se encuentran por la calle) no es suficiente ¿Has observado qué hace tu perro en esa situación?. Si miráramos a nuestro perro igual que aquel dibujo del botón de la cazadora que estábamos viendo en el escaparate, si nos parásemos a mirar con atención, interés e empatía para examinar atentamente al perro llegaríamos a descubrir muchas señales tan sutiles como un leve pestañeo.

No se trata de dar ejemplos s
i no de dedicarnos un poco a observar y escuchar a nuestro perro para aprender y encontrar no diez sino cien ejemplos y conocerle un poco mas, seguramente llegaríamos a una comprensión más clara de cómo es nuestro perro, sabríamos qué le gusta y qué no, qué cosas hacemos sin darnos cuenta que le intimidan o le excitan en exceso. Observar, observar y observar, comprender a nuestro perro y aprender de él.

Pero mientras que el perro recule en el paso de peatones y se siga tirando de él para cruzar, porque estamos hablando por el móvil, mientras vamos camino de una terraza en la
que estaremos más de media hora, y luego nos vayamos de compras a por ese abrigo del escaparate de una tienda en la calle mayor de la gran ciudad,... el sometimiento de los perros a las situaciones que les crean miedo seguirá siendo ignorado, mientras que el perro con un simple giro de cabeza que realizó el primer día que se vio en alguna de estas situaciones ya nos dijo: "con calmita yo aprenderé, pero dame tiempo".

Autoexposición (Imagen de CECP)



Por CECP

martes, 6 de marzo de 2012

Esas pequeñas grandes preocupaciones


El día que llega un perro a nuestra casa, hayamos tenido antes o no, sea el primero, o venga a acompañar a otro/s con los que convivamos, es un día de alegría, felicidad y despreocupación. Según va pasando el tiempo, es cuando empezamos a descubrir el "infierno" de haber traído un nuevo miembro a la familia. Aparecen algunos problemas que enseguida nos parecen un mundo, problemas que además la gente intenta resolver por su cuenta y por lo general con castigos, por lo que no hacen más que agravar la situación y el problemilla se convierte en un "problemón".

- Pis en casa. Los perros tienen que evacuar, sí o sí y por suerte, son seres limpios por naturaleza. Si miccionan en casa, es por algo, pero nunca por fastidiarnos. ¿Sale suficientes veces a la calle? ¿Tiene sus rutinas bien definidas? ¿Hay algún problema físico? ¿Está tomando algún tipo de medicación? En vez de regañarle por hacerlo (cuya única consecuencia suele ser que lo siga haciendo pero a escondidas), piensa en qué puede estar pasando y actúa en consecuencia.

- Destrozos en casa. Los cachorros tienen que explorar y descubrir el mundo en el que viven y lo hacen usando la boca. Cuando lleves un nuevo perro a casa, pon la casa a "prueba de cachorros" retirando todo aquello de valor que no quieres que coja así como cualquier cosa que pudiera ser peligrosa para él. Otra causa de los destrozos (tanto en cachorros como en perros adultos) puede ser el aburrimiento, así que procura que tenga juguetes adecuados que le permitan entretenerse. También son comunes los destrozos cuando hay problemas de ansiedad y estrés, en este caso, es mejor que consultes con un profesional que diseñe el programa adecuado para tu perro.

- Ladridos. Nosotros hablamos, y los perros ladran. Es un hecho, es su forma de comunicarse verbalmente. Que un perro ladre es normal y por lo general, si cronometráramos cuánto tiempo ladra nuestro perro seguramente nos sorprenderemos de lo poco que lo hace (en segundos) y lo largo que nos puede llegar a parecer. Si realmente al cronometrarlo sale mucho tiempo, quizás haya algún problema. Puede que el perro tenga miedo, puede que simplemente nos llame la atención, puede que esté avisando de un peligro, puede que tenga dolor, puede que esté muy excitado... lo que siempre es contraproducente es regañarle por ladrar, conseguirás que ladre más aún.

- Se para a olerlo todo en la calle. ¿Y qué? Los perros perciben el mundo en olores, aunque son animales muy visuales, cuando están tranquilos y quieren explorar, usan su nariz. El mayor problema con este "problema" es que siempre queremos ir corriendo, nos cuesta ser capaces de estar 20 segundos sin movernos ni hacer nada. Tenemos que entender que cuando salimos a pasear con nuestro perro salimos a acompañarle, el paseo debe ser para él, para su disfrute físico y mental. Si él para, párate, si él anda, anda tú, síguele y permítele disfrutar de SU paseo.

- Tira de la correa. Los perros pueden tirar de la correa por varias razones, una de ellas es por miedo (intentan ir deprisa como escapando de lo que les causa temor) y otra, quizás la más común, porque nosotros les seguimos. Si estás en la primera opción, habla con un profesional. Si el caso es la segunda, hay un sencillo ejercicio para cambiar esta actitud: no sigas a un perro que tira de la correa. Si tira, paras, y cuando afloje, le sigues hacia donde él quiera ir.. ya verás como pronto comprende que solo avanzará cuando no haya tensión.

- En la calle no me hace caso, no viene cuando le llamo. En la "llamada" se suelen cometer varios errores. El primero, llamar demasiado al perro, el segundo, llamarle solo cuando queremos atarle para irnos a casa. En el primer caso, hacemos que la llamada se convierta en un "bla, bla, bla" porque no paramos de repetirlo y pierde valor para el perro y en el segundo, estamos asociando el ir con nosotros con el fin del juego. Si quieres que tu perro acuda cuando le llames, sé divertido, más que cualquier cosa que haya alrededor, procura llamarle cuando realmente pueda oirte (para crear una señal lo más fiable posible) y felicítale siempre que acuda para de nuevo, dejarle que siga jugando con sus amigos u olisqueando por el campo.

En vez de quejarnos por lo que hace o deja de hacer nuestro perro, analicemos un poco la situación y pensemos qué puede estar pasando, ellos no hacen las cosas para fastidiarnos. No hagáis nunca caso de los consejos de parque, por lo general no hacen más que agravar las situaciones. Y, por supuesto, antes de regañar o empezar a probar diferentes tratamientos, contactad con un profesional, pero con uno que realmente respete la integridad física y mental de vuestro perro.

Por CECP