La controversia del encantador de perros.
Traducido por Marina Aguilera, Mongrel Dog Educación, del original, The Dog Whisperer Controversy
http://www.4pawsu.com/dogpsychology.htm
Por Lisa Mullinax, CPDT
Con la popularidad del programa de televisión, los libros y los productos
del encantador de perros, la controversia sobre qué métodos son los más
humanos y efectivos para solucionar los problemas de comportamiento de
los perros está dividiendo a los amantes de los perros de todo el mundo.
Mientras que los conductistas animales, entrenadores y otros
profesionales del mundo del perro reconocen que el programa muestra a
los propietarios de perros que existe la posibilidad de cambiar su
comportamiento (y de hecho, el negocio está creciendo), su preocupación
es que el programa da la impresión de que el comportamiento puede ser
modificado en horas y que los métodos que se usan producen o incrementan
las conductas agresivas.
Este artículo examinará las cuestiones más polémicas e intentará separar los hechos de la publicidad. Donde sea posible, se darán enlaces adicionales o libros de referencia donde
se explican los detalles de la cuestión tratada. Recomendamos a los que
no estén de acuerdo con este artículo que lean los enlaces y/o los
libros facilitados antes de contactar con nosotros.
“PSICOLOGÍA CANINA”: DEFECTUOSA DESDE LA BASE
En el programa, todas las explicaciones dadas sobre el comportamiento
canino se centran en la “psicología canina”, que define al perro como un
animal de manada, que necesita un líder. Desafortunadamente, esto tiene
bastante poco que ver con el comportamiento del perro actual, y está
basado en mitos comunes sobre el comportamiento del lobo.
Dominancia: lobos
La creencia de que los perros son animales de manada que constantemente
luchan por su rango se originó con los estudios sobre manadas de lobos
en cautividad en los años 40, que se hicieron populares más tarde por
los “Monjes de Nueva Skete” en los años 70, y es en lo que los
entrenadores basaron sus creencias durante los siguientes 20 años. Estas
convicciones incluyen el miedo a que los perros nos puedan hacer daño
físicamente, salvo que “establezcamos nuestra dominancia”. Técnicas como
el “alpha roll” y las correcciones de correa se recomendaban a menudo
como una forma de que el dueño “estableciera su dominancia” sobre el
perro.
Sin embargo, aparecen problemas al basar el entrenamiento de perros en estas premisas porque:
Los primeros estudios sobre los lobos fueron bastante deficientes. En
primer lugar, los lobos estaban en cautividad y no fueron estudiados en
sus hábitats naturales. En segundo lugar, habían sido capturados de
diferentes manadas, creando una estructura social volátil y artificial.
Por último, los estudios se centraron en los comportamientos de caza y
alimentación, un pequeño porcentaje del comportamiento del lobo. Ninguno
de esos factores dio a los investigadores una visión certera del
comportamiento normal del lobo. Según un biólogo, este estudio se
parecía al usado en los campos de concentración alemanes y polacos para
estudiar el comportamiento de los humanos.
Estudios más profundos sobre los lobos en sus hábitats naturales durante los
últimos 50 años han revelado que una manada de lobos está formada por
una familia: la pareja reproductora que comparte el liderazgo, y su
descendencia, que permanecen en la manada hasta los 2-3 años de edad,
momento en que se independizan y crean su propia manada. Finalmente,
casi todos los lobos se convierten en “alfa” si sobreviven lo suficiente
como para emparejarse y criar.
(Bajo la foto: ¿Alpha roll u omega roll?: observaciones más profundas de los
lobos en los últimos 40 años han mostrado que este impopular
comportamiento es un acto de sumisión, no de dominancia. Un lobo
voluntariamente se tumba de espaldas para mostrar subordinación. No hay
contacto, por lo que se evita el peligroso conflicto físico)
Dominancia: perros
Los perros no son lobos domesticados. Los perros domésticos evolucionaron
de los lobos hace aproximadamente 14.000 años. Los perros muestran
comportamientos que los lobos no usan, y no emplean todos los
comportamientos de los lobos.
En Perros: una nueva interpretación sobre su origen, comportamiento y evolución, Ray y Lorna Coppinger escriben:
“Hoy en día, la prensa popular canina parece creer que si los perros
descienden de los lobos, deberían tener cualidades de éstos. Pero el
modelo de selección natural ha mostrado que las características del lobo
se han modificado radicalmente. Los perros no piensan como los lobos ni
se comportan como ellos”
Observaciones de perros en libertad alrededor del mundo muestran que los perros son
animales sociales carroñeros, no depredadores, y llevan vidas bastente
solitarias ya que no es beneficioso para un carroñero compartir recursos
limitados en un gran grupo con otros animales. Estos perros pueden
formar grupos, con animales que se unen y se van al azar y
frecuentemente, característica que no está presente en las manadas de
lobos.
Además, las formas domesticadas de especies salvajes, como normal general,
vuelven a su estado original “salvaje” tras unas pocas generaciones. Los
perros, de los que hay muchos individuos salvajes en del mundo, no han
vuelto a ser lobos, ni en apariencia ni comportamiento.
Toda esta evidencia desacredita la romántica idea de que los perros son
versiones suavizadas de los lobos que conocemos. Como mucho, los perros
son versiones suavizadas de lobeznos, que confían en los miembros
adultos de la manada para que los alimenten y protejan. En ambas
especies, perros y lobos, los cachorros no pelean con los adultos por el
rango o los recursos, y los adultos no usan la violencia para mantener a
los cachorros sumisos.
Pero no hay que creerse sólo lo que decimos aquí. Mira el siguiente vídeo
del experto Ádám Miklósi, explicando por qué el modelo de la dominancia
es una visión defectuosa del comportamiento del lobo y del perro:
http://video.pbs.org/video/1488005229/
El resultado final
Por un toque de gracia de la evolución, estamos dotados de pulgares
prensiles que nos proporcionan acceso y total control sobre todo lo que
nuestros perros quieren, por no mencionar cerebros más sofisticados que
nos permiten anticiparnos.
Manteniendo el control de todo lo que el perro quiere, incluida la comida y la
atención y no dándoles nada gratis o bajo su petición, no es necesario
entrar en luchas de poder con nuestros perros. Ya somos “dominantes”.
(Nota lateral: “Jerarquías en lobos: el concepto, la naturaleza y la
importancia del dominio de la jerarquía o el orden de picoteo.. está en
discusión en muchas especies. De igual forma, en una manada de lobos
natural, la dominancia no se manifiesta como el orden de picoteo y
parece tener mucho menos sentido que el mostrado por los resultados de
los estudios sobre manadas en cautividad. En una manada en libertad, las
reglas de la dominancia no se parecen a las del orden de picoteo, las
de un grupo de individuos similares compitiendo por el rango”. L. David
Merch. Científico Senior. División de recursos biológicos. US Estudios
geológicos)
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COMPRENDIENDO LA AGRESIÓN
Según la web del programa:
“Los perros agreden por frustración y dominancia. La frustración aparece por
la falta de ejercicio y la dominancia por la falta de un líder
tranquilo”
Sin embargo, las agresiones es raro que se produzcan por “dominancia”. La
frustración causada por la falta de ejercicio es más fácil que produzca
problemas de comportamiento como ladrido excesivo y destrozos y puede
incrementar otros problemas de comportamiento ya existentes, pero no
causa agresión.
¿Qué produce la agresión? La agresión es una respuesta a algo o alguien que
el animal percibe como una amenaza. La agresión se usa como protección
mediante avisos de agresión (gruñidos, ladridos, enseñar los dientes,
etc..) o con actos de agresión (morder).
Los comportamientos agresivos están producidos normalmente por el miedo, debido a diversos factores como:
- La falta de socialización temprana y adecuada
- Falta de entrenamiento
- Uso inadecuado de métodos o herramientas aversivas
- Experiencias traumáticas
- Predisposición genética (cría inadecuada)
Los problemas médicos también pueden producir comportamientos agresivos en
los perros. En los últimos 10 años, perros que nos llegaron con
problemas de agresividad fueron diagnosticados (por los veterinarios) de
hipotiroidismo, síndrome de Cushing, cáncer, infecciones urinarias,
displasia de codo y cadera y más. Es por esto por lo que un entrenador
profesional debe recomendar a los dueños del perro ir a su veterinario
para hacer una analítica de sangre y otras pruebas si sospecha algún
tipo de enfermedad.
Otros comportamientos agresivos no tienen causas físicas sino neurológicas,
como los desórdenes compulsivos. Un popular vídeo de internet muestra a
un perro atacándose sus propias patas. Es un buen ejemplo de un problema
de comportamiento compulsivo. Problemas como ese no se pueden cambiar
mediante el aumento de ejercicio - de hecho, el perro del vídeo mostraba
ese comportamiento al volver de los paseos.
La agresividad también es un comportamiento natural que se usa para
proteger los recursos que el animal considera valiosos, como la comida,
el territorio o la prole (y algunos usan la agresividad para conseguir
pareja). La mayoría de los miembros del reino animal emplean muestras de
agresividad para proteger esos recursos. Puede verse en perros
domésticos con la comida o la posesión de objetos y la agresión
territorial (como la agresión a los carteros).
Independientemente de la causa, cuando las muestras de aviso (de agresividad) no se
reconocen o se castigan (como castigar al perro por gruñir sin averiguar
qué lo causó), se fuerza al animal a dar muestras más fuertes o incluso
pasar a la acción. Muchos de los perros mostrados en el programa son
llevados hasta ese límite antes de suprimir el comportamiento.
Cuando un perro es forzado hasta tener que reaccionar de forma agresiva, el
sistema nervioso simpático, el que controla lo que la mayoría de la
gente conoce como respuesta de “lucha/huída”, se ve comprometido. Si ese
área del cerebro se pone en marcha, el sistema digestivo del perro se
cierra, así como su capacidad de aprendizaje.
Esto es por lo que cuando tenemos un pico de estrés, por miedo (un oso
rodeando tu tienda de campaña), ansiedad (una carta de hacienda) o por
un trauma (dolor), la comida no nos parece nada apetente y es difícil
concentrarse. Es por lo que la creencia de “la comida no funciona con
los perros en la zona roja o dominantes” está tan extendida en la
mitología del comportamiento del perro. Cuando se lleva al perro hasta
este extremo, está en “modo supervivencia”, no aprendiendo.
Sin embargo, los hechos traumáticos sí se recuerdan. Por lo que si el perro
ve otro perro, le ladra y entonces es sacudido, golpeado o
conmocionado, el perro no asociará precisamente al “entrenador” con ese
comportamiento, que es instintivo. Seguramente asociará los métodos
aversivos con la presencia del otro perro, creando una asociación aún
negativa.
En los casos de agresión a humanos, si el perro es castigado por gruñir al
dueño cuando éste intenta quitarle un hueso, la lección que está
aprendiendo el perro no es precisamente que tiene que dejar al dueño
quitarle las cosas. En la mayoría de los casos, ese perro aprende que
gruñir no produce el efecto deseado, por lo que la siguiente vez tendrá
que morder en vez de gruñir cuando el dueño le intente quitar el hueso.
Este no es un ejemplo de un perro que se vuelve más “dominante”, sino de
un perro que está aprendiendo cómo comunicarse eficazmente con los
humanos.
El castigo a veces suprime las muestras de agresión (ladrar, gruñir,
abalanzarse, etc.) pero no aborda las causas subyacentes del
comportamiento. Para cambiar el comportamiento del perro
permanentemente, tenemos que cambiar la asociación que tiene el perro de
la situación a través del entrenamiento y la modificación de conducta.
Afirmar que los perros se “vuelven agresivos” por la dominancia ignora una
abrumadora cantidad de información sobre la agresividad. Esta
explicación se ajusta perfectamente al mantra de Millán “Ejercicio.
Disciplina. Afecto” pero no se sostiene ante un análisis profundo.
EJERCICIO
En el programa de televisión, se da una gran importancia al ejercicio como
una necesidad primaria del perro. Los perros necesitan hacer ejercicio.
Lo que se explica a continuación no es un intento de restar importancia
al ejercicio regular. Sin embargo, la mayoría de las razas de perros
han sido creadas para desarrollar trabajos concretos que requieren
ejercicio tanto mental como físico. Los perros necesitan la estimulación
mental tanto como el ejercicio físico.
La estimulación mental, a través del entrenamiento, ejercicios de rastreo u otro tipo de
trabajo, satisface las necesidades de ejercicio mental y físico. Pasear a
un perro con una correa corta puede ser más fácil para el humano, pero
proporciona al perro poco ejercicio aeróbico y no le permite estimularse
mentalmente a través de la exploración de su entorno como podría
hacerlo con actividades sin correa.
Los ejercicios de estimulación mental también satisfacen las necesidades de
los perros limitados físicamente debido a problemas de artritis,
displasia de cadera u otros problemas de salud.
El ejercicio forzado, como hacer correr al perro en una cinta de correr, puede satisfacer la
necesidad física de correr pero no permite al perro elegir correr ni le
reporta estimulación mental, socialización o interacción con el
propietario. En la ley federal de protección animal, las cintas de
correr se consideran ejercicio forzado y no está permitido su uso en las
instalaciones caninas para satisfacer las necesidades de ejercicio de
los perros.
Las cintas de correr además requieren la atención permanente del dueño ya
que un perro en una cinta de este tipo debe ser supervisado para evitar
accidentes, y el riesgo de su abuso es alto. Hay otras muchas
actividades como pasear, el entrenamiento y deportes como el agility,
rally-o, el pastoreo, rastreo o cursos de señuelo disponibles para los
propietarios de perros a través de clubs de raza y grupos locales de
entrenamiento que pueden proporcionar a tu perro las necesidades
mentales y físicas que su raza requiere.
Consecuencias del comportamiento.
Los perros que son reactivos hacia otros perros, gente u otros
estímulos que se encuentran durante el paseo pueden ponerse aún peor con
una exposición continuada. ¿Se reducirían nuestros niveles de estrés si
nos persiguiera un oso? Por supuesto que no. Tu instinto de
supervivencia se pondrá en marcha sumiendo a tu cuerpo en estrés para
mantenerte vivo.
Los niveles de estrés del perro, indicados por os niveles de hormonas como
el cortisol y la adrenalina, se elevarán con cada paseo y exposición al
estímulo activante (persona, animal u objeto). Los altos niveles de esas
hormonas no sólo producen problemas de comportamiento, sino que también
hacen mella en el sistema inmunitario, haciendo a los perros más
susceptibles a las enfermedades.
Esta es la razón por la que los programas de modificación de conducta
comienzan en entornos poco estresantes, para ir gradualmente presentado
al perro la persona, animal u objeto que causa el comportamiento
agresivo. No es precisamente televisivo, pero los resultados son a largo
plazo.
¿Una necesidad primaria? Contrariamente a lo que se dice en el programa de
televisión, una necesidad primaria de supervivencia no es el ejercicio.
Si un perro gastara todo su tiempo y energía en hacer ejercicio no le
quedaría nada para establecer y proteger su territorio, criar, cazar o
buscar carroña. El ejercicio se desarrolla mediante esas acciones.
(Junto a la foto: los estudios etológicos sobre animales salvajes han revelado
que cuando los criterios fisiológicos están cubiertos por abundancia de
comida y cobijo y no hay predadores, los animales no hacen ejercicio.
La conservación de energía es de gran importancia en los animales
salvajes y su gasto innecesario no es una estrategia viable. El
ejercicio tiene lugar para satisfacer otras necesidades fisiológicas o
de comportamiento (por ejemplo, buscar comida, socializarse, buscar
cobijo, etc..) "Comportamiento animal" M.W. Fox 1989 pp. 21 a 31)
El entrenamiento y otras actividades dan a los perros la estimulación
mental y física necesaria para su completo bienestar. Los perros bien
entrenados también son capaces de disfrutar actividades sin correa mucho
más a menudo, las cuales les proveen de ejercicio físico y mental
adecuado.
Artículos adicionales
DISCIPLINA Y AFECTO: POSITIVO NO SIGNIFICA PERMISIVO
Gracias a un mayor conocimiento del comportamiento, los conductistas y
entrenadores hoy usan métodos positivos para modificar incluso los
problemas más extremos de comportamiento en los perros con grandes
resultados. Esto incluye a perros con serios problemas de agresión que
estaban a punto de ser eutanasiados o perros en la "zona roja".
Esto no significa, sin embargo, que al perro no se le pongan límites, reglas
o que solo responda cuando se le presenten premios. El entrenamiento y
la modificación de conductas en positivo comienzan con el
establecimiento de límites claros y controlando los recursos en la vida
del perro, incluyendo el afecto y el juego, que no se dan gratis o
porque lo reclame. Se hace de tal forma que el dueño siempre tenga
éxito, por lo que puede seguir controlando su atención y seguir
disfrutando de la compañía y afecto de sus perros.
Si los dueños de perros no ponen algún tipo de norma o límite, se verán
forzados a recurrir al castigo ya que no tendrán otra forma de motivar a
sus perros. Muchos de esos propietarios dan a los perros todo lo que
quieren cuando lo piden (y se convierten en sumisos) y luego castigan al
perro para asumir el papel "dominante". Eso no es un problema de
comportamiento del perro, es un problema de comportamiento del humano.
EL ESTRÉS EN LOS PERROS
Una de las mayores preocupaciones que los expertos tienen sobre el programa
de televisión es que la mayoría de los perros dan claras señales de
estar muy estresados, llegando algunos de ellos incluso a morder a la
estrella del programa. Aunque mucha gente es capaz de reconocer claros
signos de estrés como el ladrido, el gruñido y enseñar los dientes, los
perros dan muchas otras muestras sutiles de estrés antes de llegar a
esas tan impresionantes. Algunas de esas señales sutiles son:
- Bostezar
- Aumento del ritmo respiratorio sin haber hecho ejercicio físico
- Bajar o echar hacia atrás las orejas
- Lamidos continuos de labios o nariz
- Muda y caspa repentinas
- Cuerpo y rabo agachados
- Movimiento tenso y lento
Si un perro está mostrando estas señales constantemente durante un
entrenamiento, es momento de evaluar tanto el método de entrenamiento,
como el entorno y el comportamiento del dueño o entrenador. ¿Es el
entorno demasiado estresante? ¿Se usan métodos o herramientas que causan
dolor al perro? ¿Es aún pronto para pedirle tanto al perro? Todos
necesitamos algo de estrés para sobrevivir. El hambre es una forma de
estrés, si no tuviéramos hambre, no comeríamos. Sin embargo, los métodos
humanitarios y respetuosos con los perros no solo significan ausencia
de dolor, sino también, ausencia de estrés innecesario. Un perro que
está estresado hasta el punto de estar al borde de la agresión, está
asustado o paralizado (indefensión aprendida) es físicamente incapaz de
aprender y cualquier entrenamiento realizado mientras el perro está en
ese estado es tiempo perdido.
Lecturas adicionales
Recursos recomendados
LA ILUSIÓN DEL CONTROL
¿Están los perros del programa realmente rehabilitados? El término
rehabilitación sugiere que el comportamiento del perro ha cambiado, que
el perro está curado, de alguna forma, de su problema de comportamiento.
Aún así, la mayoría de los perros que salen en el programa siguen
siendo controlados con correas cortas y en tensión o reciben castigos
continuamente, como correcciones de correa, golpecitos con el dedo o se
les pone de espaldas a la fuerza, dando la ilusión de control. Una vez
que estos métodos desaparecen, el perro vuelve a su comportamiento
anterior. Esto se puso de manifiesto cuando un perro llamado "Casanova"
de repente se liberó del collar de pinchos.
Para entender porqué suprimir un comportamiento no es lo mismo que modificarlo, uno tiene que aprender la diferencia:
Modificación de conducta
es el proceso de cambio permanente en el comportamiento del perro
mediante la exposición gradual (desensibilización) al estímulo que le
produce reacción (perro, persona, coche, etc) mientras se le enseña un
comportamiento alternativo (contracondicionamiento)
Un ejemplo de esto sería un perro que muestra agresividad hacia otros
perros durante los paseos. Lo primero que habría que hacer es enseñarle a
pasear bien yendo atado y a prestar atención al dueño cuando no hay
perros alrededor (es habitual que estos perros no sepan pasear bien
cuando van atados), y luego exponerle gradualmente a otros perros
mientras se le piden los comportamientos que se han entrenado. Esos
comportamientos se recompensan y la proximidad del otro perro se va
incrementando gradualmente. Este proceso mantiene al perro por debajo
del nivel en el que reacciona (normalmente denominado umbral de
reacción) y gradualmente enseña al perro una respuesta más aceptable
bajo situaciones estresantes.
Un perro al que se le modifica la conducta voluntariamente (sin forzarle)
ofrece un comportamiento alternativo, como mirar al dueño, en vez de
abalanzarse hacia el perro extraño, sin tirones de correa o retención
física, permitiendo al dueño premiar el comportamiento deseado, en vez
de "corregir" el comportamiento indeseado.
La supresión del comportamiento se lleva a cabo normalmente mediante el uso de la
fuerza o la inundación. La supresión para el comportamiento en el
momento, pero requiere que el dueño del perro repita los pasos
necesarios una y otra vez. Como muchos dueños quieren saber "qué hago
cuando mi perro.." ésta parece ser la solución. Sin embargo, la
supresión no cambia la causa subyacente del comportamiento, por lo que
el propietario debe estar trabajando constantemente para contener los
problemas de comportamiento.
La fuerza incluye castigos como las correcciones verbales, de correa, o golpear
al perro con los dedos en el cuello. También incluye forzar la
"sumisión" poniendo al perro en el suelo de espaldas.
Aunque estas técnicas suprimen inmediatamente los síntomas del problema de
comportamiento (si no provocan una respuesta agresiva, que ocurre a
menudo), el uso de la fuerza a menudo puede producir problemas mayores
porque el perro puede hacer asociaciones entre el castigo y el estímulo
(persona, lugar o cosa) que produce la reacción o el comportamiento
inadecuado. En muchos casos, la frecuencia o el tipo de castigo deben
incrementarse para mantener la supresión mientras el problema de
comportamiento se agrava.
Inundación.
La inundación es la exposición prolongada y forzada a algo que es o se
ha convertido en desagradable. Esta técnica incluye tirar a un perro
miedoso a una piscina o meter a un perro reactivo con perros en un
entorno con muchos perros. Si tuvieras miedo de las arañas, ¿disminuiría
tu miedo si te doy un masaje con un par de tarántulas?
Cuando a un perro se le somete a una inundación, puede "cerrarse" al estrés y
no mostrar ningún problema de comportamiento. Esto no es solucionar un
comportamiento, aunque a los ojos no expertos el perro no de muestras de
agresión (aunque mostrará muchas señales sutiles de estrés). Un perro
que está bloqueado o al que se le hace sobrepasar su umbral, a menudo no
está haciendo nada.
La principal diferencia entre la modificación de conductas y la supresión
es qué pasa cuando al perro no se le contiene mediante correcciones de
correa o castigos físicos. En el ejemplo del perro agresivo con otros
perros, si el comportamiento del perro ha sido modificado, cuando se
rompe el collar (como pasó en el programa), el perro no mostrará ningún
comportamiento agresivo y mirará al dueño como se le enseñó en el
programa de modificación de conducta.
La verdadera modificación de conducta no es siempre un proceso rápido.
Cambiar un comportamiento ya establecido puede implicar una cantidad de
tiempo y esfuerzo considerable (mira a los humanos que año tras año
intentan cambiar de dieta, establecer rutinas de ejercicio, y demás), y
aunque evidentemente no es algo espectacular para la televisión, los
efectos son más permanentes que los que se pueden alcanzar con la
supresión temporal.
Lecturas adicionales
¿PSICOLOGÍA CANINA O PSICOLOGÍA POPULAR?
La psicología canina o, más exactamente, el estudio del comportamiento
animal, no es un completo misterio que se deja a la interpretación de
unos pocos individuos. Aunque aún hay muchas áreas en las que nuestro
conocimiento es incompleto, hay una extraordinaria cantidad de
información probada científicamente disponible.
Lecturas adicionales
- Milenios de contacto humano vinculados a cogniciones caninas poco habituales
Libros
- Por el amor de un perro
CONCLUSIÓN
¿Es el ejercicio importante? ¡Por supuesto! ¿Necesitan los perros reglas y
límites? ¡Ciertamente! ¿Necesitamos dejar de equiparar los perros a los
humanos y aprender más sobre el comportamiento canino? ¡Seguro! Pero
cómo se consiguen esos objetivos es de vital importancia.
Una comprensión básica del comportamiento canino puede dar a los dueños de
perros la clave que necesitan para determinar los métodos correctos de
entrenamiento y evitar aquellos que ofrecen nuevas explicaciones o
psicología popular para vender métodos viejos y peligrosos en una nueva
manada.
El hecho de que se haya probado que la principal premisa del programa es
falsa debería ser suficiente para conseguir que los dueños de perros se
lo pensaran dos veces antes de usar los métodos promovidos. Sin embargo,
en nuestra sociedad mediática, si está en televisión, debe ser cierto.
RECURSOS Y ARTÍCULOS ADICIONALES
Ejemplos en vídeo